4/11/2014

LAS QUEJAS Y EL RESENTIMIENTO.


LAS QUEJAS Y EL RESENTIMIENTO

POR Eckhart Tolle

 
                                       DR. CARLOS ARTURO ALLEN SISNIEGA.

 
                                              LAS QUEJAS Y EL RESENTIMIENTO



"Renegar es una de las estrategias predilectas del ego para fortalecerse. Cada queja es una historia inventada por la mente y la creemos ciegamente. No importa si manifestamos nuestras quejas o si las pensamos en silencio. Algunos egos sobreviven fácilmente a base de lamentos únicamente, quizás porque no tienen mucho más con lo cual identificarse. Cuando somos presa de esa clase de ego, nos lamentamos habitualmente, en particular de los demás. Sin embargo, es algo que hacemos inconscientemente, lo cual significa que no sabemos lo que hacemos.

Aplicar rótulos mentales negativos a los demás, ya sea en su cara o cuando se habla de ellos, suele ser uno de los componentes de este patrón. Utilizar adjetivos ultrajantes es la forma más cruda de esos rótulos y de la necesidad del ego de tener la razón y triunfar sobre los demás: “idiota, perra, imbécil”, son pronunciamientos definitivos contra los cuales no hay argumento posible. En el siguiente nivel más bajo en la escala de la inconsciencia están los gritos y las injurias, y bastante cerca, está la violencia física.

El resentimiento es la emoción que acompaña a las lamentaciones y a los rótulos mentales, refuerza todavía más al ego. El resentimiento equivale a sentir amargura, indignación, agravio u ofensa. Resentimos la codicia de la gente, su deshonestidad, su falta de integridad, lo que hace, lo que hizo en el pasado, lo que dijo, lo que no hizo , lo que debió o no hacer. Al ego le encanta. En lugar de pasar por alto la inconsciencia de los demás, la incorporamos en su identidad. ¿Quién lo hace? Nuestra inconsciencia, nuestro ego.

A veces, la “falta” que percibimos en otra persona ni siquiera existe. Es una interpretación equivocada, una proyección de una mente condicionada para ver enemigos en los demás y elevarse por encima de ellos. En otras ocasiones, la falta puede existir pero la amplificamos al fijarnos en ella, a veces hasta el punto de excluir todo lo demás. Y fortalecemos en nosotros aquello contra lo cual reaccionamos en otra persona.
No reaccionar al ego de los demás es una de las formas más eficaces no solamente de trascender el ego propio sino también de disolver el ego colectivo de los seres humanos. Pero solamente podemos estar en un estado donde no hay reacción si podemos reconocer que el comportamiento del otro viene del ego, que es una expresión de la disfunción colectiva de la humanidad. Cuando reconocemos que no es personal, se pierde la compulsión de reaccionar como si lo fuera.

Al no reaccionar frente al ego logramos hacer aflorar la cordura en los demás, es decir, oponer la conciencia incondicionada a la condicionada. En ocasiones quizás sea necesario tomar medidas prácticas para protegernos contra personas profundamente inconscientes. Y podemos hacerlo sin crear enemistad. Sin embargo, la mayor protección es permanecer en la conciencia. Una persona se convierte en enemiga cuando personalizamos la inconsciencia de su ego. No reaccionar no es señal de debilidad sino de fuerza. Otra forma de expresar la ausencia de reacción es el perdón. Perdonar es pasar por alto o no reparar. No reparamos en el ego sino que miramos la cordura alojada en la esencia de todos los seres humanos.

Al ego le encanta quejarse y resentirse no solamente con respecto a otras personas, sino también a las situaciones. Lo mismo que se le hace a una persona se le puede hacer a una situación: convertirla en enemiga. La implicación siempre es: esto no debería estar sucediendo; no quiero estar aquí; no quiero tener que hacer esto; es una injusticia conmigo. Por supuesto el peor enemigo del ego es el momento presente, es decir la vida misma.

No se deben confundir las quejas con el hecho de hacer ver a una persona una deficiencia o un error a fin que que pueda corregirlo. Y abstenerse de quejarse no significa tolerar la mala calidad o la mala conducta. No es cuestión del ego decirle a un mesero que la sopa está fría y que debe calentarse, siempre y cuando nos atengamos a los hechos, los cuales siempre son neutros. Renegar es decir “Como se atreve a traerme una sopa fria”. Hay allí un “yo” al cual le encanta sentirse personalmente ofendido por la sopa fría y que va a sacar el mayor provecho de la situación, un “yo” que disfruta cuando encuentra la falta en el otro. Las quejas a las cuales nos referimos están al servicio del ego, no del cambio. Algunas veces es obvio que el ego realmente no desee cambiar a fin de poder continuar quejándose.

Trate de atrapar a la voz de su mente en el momento mismo en que se queja de algo, y reconózcala por lo que es: la voz del ego, nada más que un patrón mental condicionado, un pensamiento. Cada vez que tome nota de esa voz, también se dará cuenta de que Ud. No es la voz, el pensador está en primer plano. Es así como usted Se libera del ego, de la mente no observada. Tan pronto como tome conciencia del ego que mora en usted, deja de ser ego para convertirse en un viejo patrón mental condicionado. El ego implica inconsciencia. La conciencia y el ego no pueden coexistir. El viejo patrón o hábito mental puede sobrevivir y reaparecer durante un tiempo porque trae el impulso de miles de años de inconsciencia colectiva, pero cada vez que se le reconoce se debilita."


 

4/07/2014

LOS PENSAMIENTOS PROVOCAN CAMBIOS MOLECULARES EN LOS GENES,


LOS PENSAMIENTOS PROVOCAN CAMBIOS MOLECULARES EN LOS GENES

Escrito por Michael Forrester

Con la creciente evidencia de que el entrenamiento de la mente o la inducción de ciertos modos de conciencia pueden tener efectos positivos para la salud, los investigadores han tratado de entender cómo estas prácticas afectan físicamente el cuerpo. Un nuevo estudio realizado por investigadores de Wisconsin, España y Francia reporta la primera evidencia de los cambios moleculares específicos en el cuerpo después de un período de práctica intensiva mindfulness (También conocido como Conciencia o Atención Plena).

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El estudio investigó los efectos de un día de práctica intensiva de mindfulness en un grupo de meditadores experimentados, en comparación con un grupo de control de sujetos no entrenados que practicaron actividades tranquilas no meditativas. Después de ocho horas de práctica de mindfulness, los meditadores mostraron una gama de diferencias genéticas y moleculares, incluyendo niveles alterados de la maquinaria de regulación génica y la reducción de los niveles de genes pro-inflamatorios, que a su vez se correlacionaban con una recuperación física más rápida luego de una situación estresante.

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"Según nuestro conocimiento, este es el primer trabajo que muestra alteraciones rápidas en la expresión genética de sujetos asociados a la práctica de la meditación mindfulness", dice el autor del estudio Richard J. Davidson, fundador del Centro para la Investigación de Mentes Saludables y profesor de psicología y psiquiatría en el William James and Vilas, de la Universidad de Wisconsin-Madison.

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"Lo más interesante es que los cambios se observaron en los genes que son los objetivos actuales de los fármacos anti-inflamatorios y analgésicos", dice Perla Kaliman, el primer autor del artículo e investigador en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, ​​España (IIBB-CSIC -IDIBAPS), donde se llevaron a cabo los análisis moleculares.

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El estudio fue publicado en el Periódico Psychoneuroendocrinology.

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Los entrenamientos basados ​​en el mindfulness han demostrado efectos beneficiosos en enfermedades inflamatorias en los estudios clínicos previos y están avalados por la Asociación Americana del Corazón como una intervención preventiva. Los nuevos resultados proporcionan un posible mecanismo biológico para efectos terapéuticos.

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La actividad genética puede cambiar según la percepción

Según el Dr. Bruce Lipton, la actividad genética puede cambiar a diario. Si la percepción en tu mente es reflejada por la química de tu cuerpo, y si tu sistema nervioso lee e interpreta el medio ambiente y luego controla la química de la sangre, entonces puedes literalmente cambiar el destino de las células mediante la alteración de tus pensamientos.

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De hecho, la investigación del Dr. Lipton ilustra que al cambiar tu percepción, tu mente puede alterar la actividad de tus genes y crear más de treinta mil variaciones de productos por cada gen. Él da más detalles al decir que los programas genéticos están contenidos dentro del núcleo de la célula, y se puede volver a escribir esos programas genéticos al cambiar la química de tu sangre.

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En los términos más simples, esto significa que tenemos que cambiar nuestra forma de pensar si queremos curar el cáncer. "La función de la mente es crear coherencia entre nuestras creencias y la realidad que experimentamos", dijo Dr. Lipton. "Lo que esto significa es que tu mente ajustará la biología y el comportamiento de tu cuerpo para que encajen con tus creencias. Si te han dicho que te vas a morir en seis meses, y tu mente se lo cree, es muy probable que vayas a morir en seis meses o antes. A eso se le llama el efecto nocebo, el resultado de un pensamiento negativo, que es lo contrario del efecto placebo, donde la sanidad está mediada por un pensamiento positivo".

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Esta dinámica apunta a un sistema de tres partes: está la parte de ti que jura que no quiere morir (la mente consciente), inventada por la parte de ti que cree que sí (el pronóstico del médico mediado por la mente subconsciente), la cual luego pone en marcha la reacción química (mediada por la química del cerebro) para asegurarse de que el cuerpo se adapte a la creencia dominante. (La neurociencia ha reconocido que el subconsciente controla el 95 por ciento de nuestras vidas.)

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Ahora ¿qué pasa con la parte que no quiere morir - la mente consciente? ¿No está afectando a la química del cuerpo también? El Dr. Lipton dijo que todo se reduce a cómo ha sido programada la mente subconsciente, la cual contiene nuestras creencias más profundas. Son estas creencias las que en última instancia, realizan el voto decisivo.

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"Es una situación compleja", dijo el Dr. Lipton. Las personas han sido programadas para creer que son víctimas y que no tienen ningún control. Estamos programados desde el principio con las creencias de nuestras madres y padres. Así, por ejemplo, cuando nos enfermamos, nos dijeron nuestros padres que tenemos que ir al médico porque el médico es la autoridad con respecto a nuestra salud. Todos recibimos el mensaje durante toda la infancia que los médicos eran la autoridad en materia de salud y de que éramos víctimas de las fuerzas corporales más allá de nuestra capacidad de control. La broma, sin embargo, es que la gente con frecuencia mejoraba cuando se dirigía al médico. Fue entonces cuando la capacidad innata de autocuración entra en acción, otro ejemplo del efecto placebo.

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La práctica de Mindfulness afecta específicamente a las vias reguladoras

Los resultados del estudio de Davidson muestran una regulación hacia abajo de los genes que han sido implicados en la inflamación. Los genes afectados incluyen los genes pro-inflamatorios RIPK2 y COX2, así como varios genes de la histona deacetilasa (HDAC), que regulan epigenéticamente la actividad de otros genes mediante la eliminación de un tipo de etiqueta química. Lo que es más, la medida en que algunos de esos genes se regularon hacia abajo se asoció con la recuperación más rápida de cortisol ante una prueba de estrés social que implicaba un discurso improvisado y tareas que requieren cálculos mentales realizados frente a una audiencia y una cámara de vídeo.

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Los biólogos han sospechado durante años que algún tipo de herencia epigenética ocurre a nivel celular. Los diferentes tipos de células de nuestro cuerpo son un ejemplo. Las células de la piel y las células del cerebro tienen diferentes formas y funciones, a pesar de tener exactamente el mismo ADN. Debe haber mecanismos - que no sean del ADN - que se encargan de que las células de la piel permanezcan siendo células de la piel cuando se dividen.

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Tal vez resulte sorprendente, dicen los investigadores, que no hubo diferencias en los genes probados entre los dos grupos de personas en el inicio del estudio. Los efectos observados se vieron sólo en los meditadores luego de la práctica de mindfulness. Además, varios otros genes modificadores del ADN no mostraron diferencias entre los grupos, lo que sugiere que la práctica de mindfulness ha afectado específicamente a ciertas vías de regulación.

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El resultado clave es que los meditadores experimentaron cambios genéticos luego de la práctica de mindfulness que no se observaron en el grupo que no meditó, después de otras actividades silenciosas - un resultado que proporciona la prueba del principio de que práctica demindfulness puede conducir a alteraciones epigenéticas del genoma.

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Estudios previos en roedores y en personas han mostrado respuestas epigenéticas dinámicas a estímulos físicos como el estrés, la dieta o el ejercicio en unas pocas horas solamente."Nuestros genes son muy dinámicos en su expresión y estos resultados sugieren que la tranquilidad de nuestra mente puede realmente ejercer una influencia potencial en su expresión", dice Davidson.

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"La regulación de las HDAC y las vías inflamatorias puede representar algunos de los mecanismos que subyacen en el potencial terapéutico de las intervenciones basadas en el mindfulness", dice Kaliman. "Nuestros resultados establecen las bases para futuros estudios para evaluar más a fondo las estrategias de meditación para el tratamiento de las enfermedades inflamatorias crónicas."

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Las creencias subconcientes son la clave

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Demasiados pensadores positivos saben que pensar buenos pensamientos - y recitar afirmaciones durante horas y horas - no siempre trae los resultados que prometen los libros para sentirse bien.

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El Dr. Lipton no discutió este punto, porque los pensamientos positivos vienen de la mente consciente, mientras que los pensamientos negativos contradictorios son usualmente programados en la mente subconsciente, más poderosa."El principal problema es que las personas están conscientes de sus creencias y comportamientos conscientes, pero no de las creencias y los comportamientos subconscientes. La mayoría de la gente ni siquiera reconoce que su mente subconsciente entra en el juego, cuando lo cierto es que la mente subconsciente es un millón de veces más potente que la mente consciente y que operamos del 95 a 99 por ciento de nuestras vidas desde programas subconscientes."

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"Tus creencias subconscientes están trabajando ya sea para ti o en tu contra, pero la verdad es que tú no estás controlando tu vida, porque tu mente subconsciente sustituye cualquier control consciente Así que cuando estás tratando de recuperarte desde un nivel consciente - citando afirmaciones y diciéndote a ti mismo que eres saludable - puede haber un programa subconsciente invisible que te está saboteando ".

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El poder de la mente subconsciente se revela con elegancia en las personas que expresan múltiples personalidades. Mientras ocupa la mentalidad de una personalidad, el individuo puede ser muy alérgico a las fresas. Luego, al experimentar la mentalidad de otra personalidad, él o ella se las come sin consecuencias.

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La nueva ciencia de la epigenética promete que cada persona en el planeta tiene la oportunidad de convertirse en lo que realmente es, con un poder inimaginable y la capacidad de operar a partir desde, el ir a, las más altas posibilidades, incluyendo la curación de nuestros cuerpos y de nuestra cultura, y vivir en paz.

 

4/06/2014


 
POR EL DOCTOR CARLOS ARTURO ALLEN SISNIEGA.


DÍA 04/04/2014 - 19.05H

Una investigación austriaca de la Universidad Médica de Graz asegura que la dieta vegetariana provoca una menor calidad de vida


La dieta vegetariana no es tan sana como muchos suponen. Según un estudio realizado por la Universidad Médica de Graz (Austria), los vegetarianos tienen mayor riesgo de padecer cáncer, alergias y otros problemas de salud mental como la depresión o la ansiedad.

La revista científica «PLOS ONE» revela los datos de esta investigación llevada a cabo por los investigadores Nathalie T. Burkert, Johanna Muckenhuber, Franziska Großschädl, Éva Rásky y Wolfgang Freidl, quienes analizaron los hábitos de vida recogidos en la Encuesta de Entrevistas de Salud de Austria de 1320 personas.

Todas ellas fueron divididas en cuatro grupos: vegetarianos, personas consumidoras de carne y abundante fruta, quienes comían menos carne y aquellos que consumían más carne que todos.

A pesar de que los vegetarianos consumen menos alcohol y tienen un Índice de Masa Corporal más bajo, la investigación desveló que se encontraban en peor estado de salid físico y mental.

Se demuestra así que «los adultos austriacos que consumen una dieta vegetariana son menos saludables (en términos de cáncer, alergias y trastornos de salud mental) , tienen una menor calidad de vida, y también requieren más tratamiento médico», aseguran los investigadores en el estudio.

ecoestadistica.com