POR EL DOCTOR CARLOS ARTURO ALLEN SISNIEGA
El uso regular de vitamina E puede ayudar a reducir el riesgo de EPOC
A medida que se desarrolla la enfermedad pulmonar, se van dañando los tejidos más sensibles a través de diferentes procesos, si bien con este hallazgo pone de manifiesto la capacidad de la vitamina E para proteger al pulmón frente a este deterioro
Investigadores del Brigham and Women's Hospital y la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, aseguran que las mujeres de 45 años que toman regularmente vitamina E tienen menos riesgo de padecer una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), incluso aunque sean fumadoras, según los resultados de un estudio presentado en la última reunión internacional de la Sociedad Torácica Americana (ATS), que se celebra en Nueva Orleans.
La doctora Anne Hermelet Agler, una de las autoras del estudio, y su equipo revisaron los datos de un Estudio de Salud de la Mujer, en 2004, relativos a los efectos de la aspirina y la vitamina E en la prevención de enfermedades cardiovasculares y cáncer en más de 40.000 mujeres de 45 años. Durante la investigación, las participantes fueron divididas en dos grupos que recibían 600 miligramos de vitamina E o placebo cada dos días.
De este modo comprobaron que en las mujeres que tomaron este suplemento vitamínico disminuyó un diez por ciento el riesgo de EPOC, con independencia de que fueran fumadoras o no. En cambio, el número de diagnósticos de asma fue similar tanto en las mujeres que tomaron vitamina E como en las que recibieron placebo.
Por ello, esta experta reconoce que es necesario seguir estudiando cómo afecta la vitamina E al tejido pulmonar y su funcionamiento, al tiempo que iniciará también una investigación en hombres para comprobar si los beneficios son similares.
Si los resultados de este estudio son confirmados con una investigación adicional, los médicos deberán recomendar que las mujeres tomen suplementos de vitamina E para impedir la EPOC", señala Agler, pese a que en algunos pacientes puede aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca. "En estos casos, será necesario evaluar el balance beneficio-riesgo".
LOS SUPLEMENTOS VITAMINICOS mejoran el estado de ánimo y reducen la fatiga mental Un grado óptimo del sistema nervioso central depende de una amplia gama de microsustancias nutritivas, y además muchos estudios epidemiológicos sugieren una relación entre estas sustancias y el funcionamiento psicológico
Investigadores de la Universidad de Northumbria, en Newcasttle, (Reino Unido), han determinado que los suplementos vitamínicos pueden aportar mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y también la fatiga mental en personas sanas.
Según ha explicado el profesor David Kennedy, director del estudio, la investigación se realizó sobre hombres adultos entre 30 y 55 años con trabajo a tiempo completo, a los que se les dividió en dos grupos: a uno se le administró placebo y al otro un complejo multivitamínico.
Antes de empezar a tomarlos, fueron sometidos a un cuestionario acerca de su estado de ánimo, estrés y salud, además de unas pruebas físicas y mentales que incluían ejercicios aritméticos.
Kennedy ha destacado que, al principio del tratamiento, no se detectaron diferencias significativas entre los dos grupos. Una vez pasados los 33 días, volvieron a repetir las pruebas y el grupo que había tomado vitaminas obtuvo mejores resultados en la salud mental general y además redujo el nivel de estrés subjetivo a la vez que aumentaron en buen humor.
Igualmente, en las pruebas mentales lograron mejores resultados que en las realizadas al principio y con "una menor fatiga mental antes y después de completarlas", ha señalado Kennedy.
En cambio, el grupo del placebo no tuvo diferencias significativas con los resultados del principio, ha afirmado.
Estos resultados muestran que mejorar el estado nutricional, mediante complementos si es necesario, puede ser beneficioso para la plobación general, ha señalado Kennedy.
Supuestamente, los hombres participantes en el estudio disfrutaban de unos niveles nutricionales normales pero, una vez analizados los resultados parece que en realidad se encontraban con niveles inferiores de lo que debería ser el estado “óptimo micronutritivo", según ha explicado el Dr. Kennedy.
Vivir en zonas urbanas eleva la presión arterial
Pese a que ya se había demostrado en estudios previos que la contaminación atmosférica puede hacer aumentar la presión arterial, hasta el momento no se habían evaluado las consecuencias de su exposición a medio y largo plazo
LAS PERSONAS QUE VIVEN AREAS URBANAS tienen una presión arterial más elevada que aquellos que habitan en zonas rurales, ya que generalmente están menos contaminadas y la calidad del aire es mayor, según un estudio con más de 5.000 personas elaborado por la Universidad de Duisburgo-Essen (Alemania) y cuyos resultados se han dado a conocer en el Congreso Anual de la Sociedad Torácica Americana, que se celebra días en Nueva Orleans (Estados Unidos).
Barbara Hoffman, una de las autoras, explica que utilizaron un modelo químico para medir la exposición a largo plazo a esta polución, mientras que al mismo tiempo utilizaron un dispositivo automático para medir la presión arterial e identificar cambios en los niveles.
De este modo, la presión sanguínea aumentó en 1,7 milímitros de mercurio (mmHg) en aquellos ciudadanos que estaban expuestos a más de 2,4 microgramos de partículas finas por metro cúbico, unos niveles asociados a un aire contaminado por el tráfico o la polución industrial. Además, explica Hoffman, "aumenta tanto la presión sistólica como la diastólica, comprobando que este incremento era mayor en mujeres".
Igualmente, también se trataba de estudiar si la exposición al ruido, por ejemplo, de aquellos que viven cerca de carreteras principales está asociada con una presión sanguínea más alta o con enfermedades cardiovasculares, algo que en este estudio no se ha podido demostrar.
Según los resultados de este estudio, la contaminación del aire no sólo provoca un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca y accidentes cerebrovasculares, sino que también pueden influir en otros procesos subyacentes que conducen a enfermedades crónicas cardiovasculares, reconoce esta experta, que ve necesario seguir nuestros investigando para prevenir esta exposición crónica tanto como sea posible.
Hoffman y su equipo también tienen previsto estudiar si los ciudadanos de zonas con mayores niveles de contaminación tienen una progresión más rápida de la aterosclerosis de arterias coronarias y de arterias carótidas.