POR EL DOCTOR CARLOS ARTURO ALLEN SISNIEGA.
Perfumes y pesticidas tienen en común
uno de los más agresivos contaminantes ambientales y peligroso agente patógeno
para la salud, los ftalatos, disruptores endocrinos que se relacionan con casos
de pubertad precoz, cáncer infantil y autismo. Además tienen una gran relación
con el cáncer de mama.
Estos disruptores endocrinos se incorporan a
productos tan dispares como perfumes y pesticidas para “plastificar” los
fluidos y fijar los olores o la permanencia del producto en la superficie en la
que se aplican y hacerlos más comerciales, pero pocas veces son componentes
estructurales o que no se puedan sustituir. Los fijadores del aroma son principalmente productos que se obtienen de la orina de roedores
El VI Congreso Internacional de Medicina Ambiental
que se celebró en junio en Madrid identificó patologías por contaminación
ambiental, los disruptores endocrinos, entre otros, como cáncer, enfermedades
neurodegenerativas, trastornos del comportamiento, infertilidad y enfermedades
emergentes como el síndrome de sensibilidad química múltiple (SQM), la
fibromialgia y la fatiga crónica. Dolores Romano, ingeniero agrónomo del
Instituto Sindical del Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS), presentó las
conclusiones del Congreso de Riesgos para la Salud Pública y Medio Ambiente
como punto de partida para el debate.
Entre las recomendaciones establecidas, mencionó la
importancia del etiquetado en los productos, para identificar sustancias de
riesgo, (en nanotecnología y transgénicos) y ante las nuevas enfermedades
relacionadas con los campos electromagnéticos (cáncer, entre otras), fijar límites
legales máximos de contaminación, a nivel internacional.
Sobre el impacto en la salud humana de los
contaminantes orgánicos persistentes, como los disruptores endocrinos, destacó
su relación probada con alteraciones en el sistema reproductor masculino
(criptoquidia, hipospadias y reducción de la calidad del semen) y femenino
(pubertad precoz, reducción de la fecundidad, abortos espontáneos, ovarios
poliquísticos, endometriosis) y cánceres en órganos hormono dependientes como
mamas, próstata, testículos y tiroides.
Se estableció, por otra parte, la relación de estos
disruptores con daños en el sistema neurológico y la causa de enfermedades
metabólicas como diabetes y obesidad o del sistema neuroinmunológico, como el
SQM, fatiga crónica, fibromialgia y esclerosis múltiple.
Si se usan en las axilas para evitar el mal olor es preferible usar productos naturales como el sumo del limón.