BENEFICIOS
QUE NOS APORTAN LOS ALIMENTOS CRUDOS.
POR EL DOCTOR CARLOS ARTURO ALLEN SISNIEGA.
Cuando nos referimos a alimentos crudos hablamos de las frutas,
verduras, cereales, frutos secos, etc.… que son los que, tanto por el diseño de
nuestro sistema dental, como por las características y longitud de nuestro
aparato digestivo, como por las características del sistema enzimático de
nuestro organismo, estamos diseñados fisiológicamente para consumir.
Los alimentos crudos conservan el sabor natural propio de cada alimento,
que según la medicina tradicional china, va muy ligado a la descarga inicial de
energía aportada al organismo. Todos hemos podido comprobar que el simple
contacto, ya sea oral o, incluso del simple olor, con alimentos determinados en
un momento especifico a incrementado significativamente nuestro nivel de
energía, mucho antes de que el alimento en sí sea absorbido en el intestino.
Para obtener los resultados más beneficiosos es esencial que sepamos elegir los
alimentos más adecuados, en el momento óptimo de maduración, y lavarlos
convenientemente antes de su consumo.
Los alimentos crudos conservan sus vitaminas, minerales y enzimas al no
haber sido alterados por la acción de las altas temperaturas utilizadas en los
procesos de cocción. Así son reconocidos por nuestro sistema inmune como
sustancias apropiadas para nuestro organismo y su consumo no genera la
leucocitosis postprandial (aumento importante en el número de glóbulos blancos
en sangre) consecuente al consumo de los alimentos cocinados y otros tóxicos
presentes normalmente en los alimentos procesados. Consumiendo dosis generosas
de alimentos crudos evitamos parte importante del desgaste de nuestro sistema
de defensas naturales, que pueden centrarse en luchar contra las posibles
agresiones de agentes realmente perniciosos.
La mayoría de los alimentos crudos son alcalinos y depurativos. Nuestra
sangre ha de estar levemente alcalina, en unos valores entre 7,36 y 7,45. Con
estos niveles de alcalinidad la presencia de óxigeno en la sangre suele ser el
adecuado para el funcionamiento de todo el organismo. La variación de ese valor
hacia un grado más ácido, es un síntoma concluyente del defectuoso intercambio
celular, y, por tanto, de un posible incremento del nivel de toxinas presentes
en la sangre, lo que genera la mayoria de las enfermedades degenerativas.
Cuando nuestra sangre se acidifica dejamos de tener límpio el “terreno” y sólo
es cuestión de tiempo el que aniden y se desarrollen virus, bacterias, gérmenes
y hongos. Para intentar equilibrar una sangre ácida el organismo hace uso del
propio Calcio, Magnesio y otros minerales presentes en la sangre circundante y
los huesos, lo que puede provocar enfermedades como la osteoporosis y otros
importantes enfermedades degenerativas. Alcalinizar debe ser el principal
objetivo de todas las personas, sanas o enfermas. Un objetivo permanente y
constante durante TODA nuestra vida, ya que de ello dependen los años y la
calidad de vida de los años que vamos a vivir.
Los alimentos crudos no provocan la elevación drástica en los niveles de
insulina que se produce con el consumo de la mayoría de los alimentos
procesados y refinados que son ricos en hidratos de carbono o azúcares, ya que
las frutas, verduras, etc, crudas, contienen la fibra, enzimas y otros
fitonutrientes necesarios para hacer que el proceso de asimilación se produzca
de forma gradual y con menos necesidad de aportes propios.
Éste mismo contenido en fitonutrientes (muchos de ellos con propiedades
aún no descubiertas) necesarios para facilitar el proceso de asimilación y, por
ello, la recuperación del organismo, hace que los alimentos crudos sean más
digestivos y nos den una mayor sensación de saciedad y conseguimos, así, que
nuestro tránsito intestinal sea mucho más efectivo y eficaz.
Debemos ingerir los alimentos crudos masticando despacio y
minuciosamente para obtener así el mayor número posible de nutrientes, ya desde
el comienzo del proceso digestivo en la boca y haciendo que el alimento entre
en el estómago bien ensalivado y triturado, lo que facilitará el proceso
digestivo, haciendo que sea mucho más rápido y menos pesado.
A aquellos nutrientes que
presentan en su composición fitatos (semillas, legumbres o nueces) se les puede
someter a un tiempo de remojo, con lo que se debería iniciar la germinación de
los mismos. Con ello se desencadena una cascada de procesos enzimáticos entre
cuyos efectos tendríamos, una reducción del ácido fítico, una mayor
digestibilidad y un aumento significativo en la cantidad de las vitaminas y
minerales presentes en el alimento, lo que les hace aún más valiosos.
CURIOSIDADES
-Si las vacas comen sólo vegetales, suponiendo que las alimenten de
forma natural... ¿de dónde crees que obtienen el calcio que aporta la leche?
-Sabías que para que el calcio, procedente de una alimentación adecuada,
se sintetice y se fije en los huesos es imprescindible la vitamina D, que
obtenemos a través del sol. Además debe de existir un balance equilibrado entre
el calcio y el magnesio, para que ambos realicen bien sus funciones.
-La vitamina D, procedente del Sol, racionalmente tomada, permite que el
intestino delgado absorba calcio y otros minerales básicos en la formación de
enzimas que nos protegen de las enfermedades.
-Una alimentación basada en alimentos ácidos (lácteos, azucares y
harinas refinadas, carnes, bebidas gaseosas, café, etc) desarrolla un estado de
toxemia en el medio intercelular y provoca que el calcio y otros minerales de
"desprendan" del hueso y se unan a estos ácidos, para precipitarse en
forma de sales, y alejarlos del torrente sanguíneo.
-Cuando los niveles de calcio llegan a un mínimo en los huesos, la
calcitonina entra en acción y moviliza el calcio a las articulaciones con la
finalidad de que, al depositarse allí, éstas no se muevan y se eviten fracturas
del hueso.
CURIOSO VERDAD.
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